Estúpida: Eso es lo que he sido. Una
niña, una perseguidora de cuentos
de hadas. Lena siempre estuvo en lo
correcto. El rostro de Steve me
relampagueó— aburrido,
desinteresado, esperando a que mi rabieta
pasara—su voz sedosa, como tacto no
deseado: No te molestes. Eres
tan bonita.
Lena permanece callada. Me paseo por la
habitación, sin querer mirarla,
preocupada de si veré la misma
expresión que vi en el rostro de Steve
anoche—impaciencia, o peor,
desinterés.
No ver en ningún momento a Steve Hilt.
Fin
0 comentarios:
Publicar un comentario