Desátame y te ayudaré.
Las palabras se quedaron en mi mente,
una burla y una promesa. Yo
no creía que podía confiar en él. Y
sería una traición a Grandma— y a
los otros colonos que nos habían
tomado, a Blue y a mí. Si me
atrapaban, si el ladrón nos
traicionaba, tendría que pagar por ello.
Yo sabía que el ladrón no tenía
miedo. Yo sólo podía decirlo. No tenia
miedo de mí o de los otros colonos, no
tenía miedo de morir.
Cuando Blue comenzó a gorgotear y a
hacer un sonido desapacible en
su sueño ―pasaron diez segundos a la
vez en que permanecí sin respirar,
antes de tomar una bocanada de aire ―
me robé un cuchillo de la cocina
y lo llevé a la enfermería. Me
temblaban las manos.
Ya era tarde. Todos los demás estaban
dormidos. –Ahora el ladrón
había sido capturado. Incluso Gray no
sentía la necesidad de patrullar.
La sonrisa del ladrón era como la hoja
de una oz. Me puse de cuclillas
delante de él.
“Tu prometiste” le dije “Tu
prometiste ayudarme”
“Atraviesa mi corazón y espera a
morir” dijo. No me gustaba el
sonido de su voz -como si se estuviera
riendo de mi—pero lo libere,
perdía de todos modos, sintiéndome
enferma todo el tiempo,
sabiendo que Blue moriría de otra
manera, tal vez, sabiendo que
moriría igual.
Se puso de pie, gimiendo un poco. Yo no
tenía idea de cuan alto
era, no lo había visto, excepto
sentado o acostado desde que fue traído
adentro. Di un paso atrás,
retrocediendo, cuando levanto los brazos
por encima de la cabeza.
Su sonrisa se desvaneció,
convirtiéndose en algo más difícil. ”¿Tu
no confías en mí, o si?” dijo.
Negué con la cabeza. El tiendo la mano
por el cuchillo, y después
de un segundo de duda, se lo doy.
“Voy a estar de vuelta al medio día”
dijo. Mi corazón latía con
fuerza en mi garganta, mi ritmo
diciendo: por favor, por favor, estoy
contando contigo. Señalo con la
barbilla a Blue diciendo “Mantenla
con vida hasta entonces”. Luego
desapareció, moviéndose
silenciosamente por los pasillos
oscuros, desapareciendo en las sombras.
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